domingo, junio 27, 2010

Viaje de Diez Años

-¿Has subido la ultima maleta?- le preguntó ella con una sonrisa.
-¡Claro! Ya está todo ¿Nos vamos?- respondió el mientras subía al coche.
Se marchaban de viaje. Llevaban saliendo juntos ya varios años y por fin habían logrado reunir una pequeña cantidad de dinero. Habían esperado mucho tiempo este momento. Por fin un viaje para ellos dos solos, como siempre habían querido.
El destino no importaba, eso era lo de menos. Lo importante era poder pasar el tiempo el uno con el otro. Juntos.

Ambos sabían que su pareja no era la persona más guapa el mundo, ni la más inteligente, pero simplemente sabían que estaban hechos el uno para el otro y se amaban con locura, como jamás habían hecho.

El viaje duraba muchas horas, demasiadas, pero sus ánimos no decaían ni por asomo. Pararon a dormir varias noches, se despertaban y proseguían el viaje. Muchas veces pasaban largos ratos en silencio y de vez en cuando se intercambiaban sonrisas.

Atravesaron varias regiones. Zonas con grandes bosques y otras donde lo único que sobresalía del horizonte era algún que otro árbol solitario.
Una fría mañana se dispusieron a subir un puerto de montaña a relativamente poco de finalizar el viaje. El coche subía con alguna dificultad por las empinadas curvas de la montaña debido a las fuertes heladas.
A pesar del entusiasmo, consideraron apropiado no emocionarse demasiado y ser prudentes con la carretera. Así, poco a poco iban logrando superar la montaña.

Ya se veía el valle al otro lado, poco faltaba para dejar a tras la fría cumbre. Ella ilusionada, le acaricio la cara y este soltó el volante para cogerle la mano y apretarla sin llegar a hacerle daño.
En ese momento el hielo de la carretera hizo que el coche se deslizara sin control cuesta abajo. Gritando y sin saber que pasaría, esperaron a sentir el golpe. De repente todo se hizo negro.
Y silencio.


Él despertó. No lograba recordar nada. Al cabo de unos segundos algo volvió a su mente. ¡¡ÉLLA!! ¿Dónde estaba? ¿Qué había pasado? ¿Estaría bien?
Empezó a sumirse en la desesperación temiéndose lo peor. Sus ojos no podían contener las lágrimas y miraba desorientado de un lugar a otro. La negrura sobrevino de nuevo.

Volvió a despertar. Ella le miraba con lágrimas en los ojos. El tampoco se pudo contener. De repente ella se le hecho encima y empezó a sollozar mientras le abrazaba.
Al cabo de un buen rato, se apartó y le miro en silencio durante varios minutos.
Ella… había algo raro. Era ella, no cabía duda, pero estaba cambiada. Bastante.
Una pregunta se formo en su mente y no pudo retenerla.
-¿Cuánto tiempo…?- comenzó él.
-Diez años- respondió ella con una mueca de tristeza.
Se le corto la respiración. -Diez años… - es todo lo que logro decir.
-Escucha…he estado viniendo durante todos estos años. Hace un par empecé a perder un poco la esperanza y deje de venir tan a menudo.- Las lagrimas corrían por ambos rostros sin nada que las retuviese.- Yo…conocí a alguien. Lo siento muchísimo. Me casé y ahora tengo tres hijos. No sabía si algún día despertarías. Ah… se hace tarde. Debes descansar, mañana te prometo que volveré y hablaremos todo cuanto quieras. Lo siento, de veras.- le dio un beso en la mejilla y salio llorando de la habitación del hospital.

La desesperación volvió a tomar control de su ser. Ya no tenia nada. La suerte se lo había arrebatado todo. El debía estar casado con ella y suyos debían ser sus hijos. Lo había perdido todo, pues ella era todo lo que jamás deseó tener.
Dejo un par de ilustraciones digitales de tematica espacial ^_^
todas siguen el mismo esquema y procedimiento.







lunes, junio 07, 2010

Aqui os dejo parte del ultimo trabajo del curso de Diseño Grafico que acabe este invierno. Esta parte trataba de diseños para camisetas en monocromo, pudiendo sacarlo en cualquier color. Abajo del todo, un ejemplo de como podria quedar.













Ejemplo:

Mas dibujitos, a ver si voy rellenando esto un poquito...







Camino a casa bajo la lluvia

Os dejo otro pekeño texto a ver que os parece:

Paso a paso, andaba su camino bajo la incesante lluvia. miraba el suelo por donde pisaba, sin levantar la mirada, ni siquiera sabia con quien se cruzaba, no le importaba, pues seguramente no volverá a cruzarse con esas personas en el resto de su vida.
Cansada, deshacía el camino a casa, pero sin prisa, ya que allí no la esperaba nadie.
Derrotada por otra jornada de trabajo, como cada día, se preguntaba hasta cuándo iba a seguir así. Se preguntaba si algún día surgiría algo que cambiase su monótona existencia, en un mar de gente, que vivían juntos en una sociedad de perfectos desconocidos.
Despertó de sus divagaciones, al ser salpicada por el agua que un coche, al pasar a toda velocidad por un charco, había arrojado sobre ella.
Suspiró.
Miró al cielo por primera vez en toda la tarde. Nubes grises cubrían todo lo que allá arriba podía ver, más allá de los altos edificios de oficinas, donde cada día, al igual que ella, derrochaban sus vidas miles de personas, que pasarían desapercibidas por este mundo.

Continuó su camino, hacia su casa. Tan solo deseaba llegar para poder secarse, y dormir un rato, antes de volver a levantarse para encontrarse lo mismo que todos los días.
Dormir...tal vez durmiendo encontraría algo diferente. Era su forma de escapar, de liberarse de las cadenas que la atormentaban a diario, en una rutina que la dejaba exhausta, que la hundían en una profunda tristeza.