jueves, diciembre 30, 2010

Pukke. Palabras


-Palabras. Las palabras no tienen dueño, no se pueden atar y reclamar para si. Son de todos, y para todos. No puedes decir “esta palabra es mía, tu, buscate otra”.

Es lo que le solía decir el abuelo a Pukke, mientras pasaban las mañanas de otoño en la vieja biblioteca del anciano, repleta de antiquísimos y deshojados tomos de temática diversa.

-Incluso si inventas una palabra, tu deber es donarla al mundo, ya que, ¿para qué son, sino para ser utilizadas? Por mucho que las ames no puedes guardarlas bajo llave para que otros se valgan de ellas. Son creadas para ayudar, para comunicar ideas, necesidades e incluso sueños.
Ademas, las palabras no significan lo mismo para todos, ¿Sabes? Para unos pueden significar cosas muy distintas de lo que significan para otros. Muchos reyes y nobles de alta cuna han acabado cruzando espadas por desacuerdos de este tipo, sin ir mas lejos, el Conde de Altacolina murió batiéndose en duelo con el Barón de Bosquerrojo hacía ya treinta años largos.
Créeme, durante la historia hubo muchos personajes que, cegados por su ego y avaricia, pensaron que podían hacerlo, pero el poder de una sola palabra basta para destruir a cualquier hombre, no lo olvides.


Pukke, absorto, bebía cada palabra del anciano como si fuese un sediento nómada de los lejanos desiertos de Fukurhe, de quienes dicen los libros que se lavan todo el cuerpo con una sola gota de agua.
Escuchaba como si fuesen las últimas palabras que fuera a oír, embobado, fascinado.

A menudo solía inventarse sus propias palabras, jugando con prefijos, sufijos y demás, y alguna que otra vez había ido mas allá, formando palabras solo por la diversión que le suponía cómo sonaban.

Al abuelo le extrañaba que Pukke prefiriese jugar con el lenguaje en vez de salir a jugar con otros niños de su edad, aunque a menudo salia a explorar los alrededores del arroyo que bordeaba el pueblo. Siempre llevaba un libro bajo el brazo, y es que había aprendido a leer a la temprana edad de cinco, y ahora con ocho devoraba libros enteros en cuestión de semanas. Actualmente andaba esforzándose por aprender la lengua antigua, y así poder descubrir los secretos enterrados en los tomos más viejos de la biblioteca.

Aun así, su curiosidad sobre el mundo exterior le vencía, y solía juntarse con Sunna, la niña mas revoltosa del pueblo. Se dedicaban a navegar arroyo abajo a bordo de una pequeña chalupa que el padre de ésta le había fabricado, imaginando ser fieros piratas de los mares del sur o valientes exploradores en busca de tierras que documentar como Elhard y Pyorian, que cruzaron las junglas de Akartha en tres días y tres noches sin ser descubiertos por los salvajes nativos.

Una de las cosas que más les gustaba, era tumbarse en la pequeña embarcación, con las manos cruzadas bajo la cabeza. La luz de la tarde filtrándose a través de los pocos huecos que permitían las hojas de los árboles iluminaba sus sucios rostros tras las mil y una aventuras, mientras la corriente les arrastraba lentamente.

sábado, diciembre 18, 2010

Proceso de un dibujito cualquiera =)

A lápiz:



se arregla un poquillo el trazo...



Se le va dando colorcillo, ya sean planos o con transparencia...



se añaden mas detalles, como nubes, texturas,mas capas translucidas...



y despues toques finales,como imágenes de fondo, brillos, enfoques, trastocar colores...
y queda algo asi.


Todo esto que he hecho lo he ido aprendiendo casi solo, sin cursos de ilustración, y creo que debería hacer alguno, porque para mi, los resultados son bastante mejorables...
de todos modos espero que guste y eso =)


martes, diciembre 14, 2010

Hace ya algún tiempo, alguien me preguntó qué era en lo que pensaba antes de dormir, y yo le conteste así;



En que pienso antes de dormir...
A veces pienso en como seria alcanzar mis sueños o metas, a veces pienso en toda esa gente que tiene de todo y no lo merece. A veces pienso que yo no tengo cosas que tal vez si merezca. Otras veces pienso en simplemente escapar de este mundo, siendo la única salida transportar mi mente al mundo de mis sueños. A veces pienso cosas desagradables, como por ejemplo si llegaré a viejo, y lo frágiles que son los seres humanos pudiendo irse a la tumba en un abrir y cerrar de ojos. A veces pienso que estoy ahogado en un mar de anonimato, como cientos de miles de humanos y que pasare mi vida sin pena ni gloria y dentro de 100 años nadie se acordara de mi paso por la tierra al igual que ha pasado con millones de personas. A veces pienso como seria mi vida si desapareciese alguien que me importa, o como seria si no lo hubieran hecho. O como seria si hubiera tomado otras decisiones. A veces pienso que me gustaría volver atrás y hacer las cosas de otra manera. A veces pienso que me gustaría volver solo para poder disfrutar de algunos momentos que jamas volveré a vivir. A veces también pienso en como seria mi vida con algún que otro sutil cambio. A veces pienso si algún día mi suerte cambiará a mejor, o si llegare a ser feliz, si encontraré el camino a seguir por donde encauzar mi vida y estar a gusto, y a veces me pregunto si realmente eso seria posible. Otras veces pienso en que debería hacer cosas o terminarlas de una vez. A veces me lamento por no sentirme realmente cercano hacia miembros de mi familia, o por no tener la suficiente confianza con mi hermano para contarle cualquier cosa que me pase. O también me lamento por discutir tanto con mi padre y no hablar demasiado con él, temiendo que un día no esté y no haberle podido agradecer todo lo que ha hecho por mi bien, aunque yo me quejase y le contestase mal. También pienso en mi madre y en como se ha dejado la piel cada día para que no nos faltase nada. A veces pienso que me gustaría ver tal peli o leerme cual libro, y también en que no debería haber dejado de lado diferentes cosas a las cuales ahora si doy importancia. A veces pienso solo en dormir. A veces pienso en que quisiera hacer algo grande, pero esta todo inventado o es difícil hacer algo reseñable. A veces pienso en que debería buscar algo que he perdido. A veces pienso en cómo debe sentirse un pájaro al volar. A veces me pregunto cómo seria dejarlo todo e irme a vivir lejos de aquí, ganándome la vida como pudiese. A veces pienso en cosas demasiado importantes para alguien tan simple como yo. Y últimamente, a veces, pienso en ti.

viernes, noviembre 26, 2010

Hace mucho que no subo algo...aqui vamos;

Este sábado se celebra una competición amistosa entre todos los alumnos del profe de escalada de la universidad. Me pidió que le echase un cablecillo con el diseño de la camiseta, ya que todos los años ésta cambia, y a todos los participantes se le regala una.
Me dio un par de cosillas para que las arreglase. Así pues, a ello me puse, y algo así quedó:


Por Delante:
Y Por Detrás:

sábado, noviembre 06, 2010

Estoy cansado de las estúpidas reglas sociales, no se si vosotros también...
Por ejemplo, esa costumbre de dar dos besos cuando ves o te presentan a alguien... vamos a ver, ¿ Qué pasa si no quiero darlos? ¿Que pasa si no me apetece en ese momento o en ninguno, dar dos besos a alguien? Acaso si me niego en rotundo, ¿soy un grosero?
¿No podría ser, que la grosería sea obligarme a dar los dos besos, en contra de mis apetencias, a quien sea? ¿Por qué esta trastornada sociedad me obliga a hacer cosas que no quiero, para no parecer un antipático?
Aparte...¿es machista o mal educado no ceder el paso a una mujer, no abrirle las puertas, no darle tu abrigo si tiene frió, no pagar la cuenta tu solo, etc? NO, lo que es machista es que la sociedad te obligue a hacerlo para que no te lo llamen.
Si TODOS/AS somos iguales, ¿Por qué a mi nadie me abre la puerta o me cede el paso? y lo que es peor, ¿Por qué no tengo que esperar que eso pase? Hmm... curioso....
Iguales seremos cuando llegue el día en que todo esto lo hagamos todos con todas y todas con todos, por el simple hecho de que nos salga sin mas, porque queramos hacerlo, y no por que "es lo que se hace" o porque si no lo haces eres un caradura.

viernes, octubre 22, 2010

Un Paseo Cualquiera


Me até bien las botas, me incorporé y me adentré aun más en el bosque. Los árboles se alzaban retorciéndose en formas inimaginables. Las sombras se pegaban a cada rincón y parecían huir a medida que avanzaba por el vago sendero que recorría. Era otoño, y el verde del verano había dejado paso a los tonos marrones y anaranjados de los árboles desnudos y las hojas por los suelos.
Perdí la noción del tiempo que llevaba andando, pero no me importó. Tampoco me importó que la luz empezase a escasear. Se empezaba a levantar una ligera brisa y las hojas empezaron a revolotear por todo el sendero, en todas direcciones.
Seguí avanzando, deleitándome con la danza de las hojas a mi alrededor, y de pronto, escuche primero tenue y luego más claro, el rumor del viento susurrándome desde lejos. Algo empezaba a inquietarme, así que decidí acelerar un poco el paso.
Llegué a un punto del sendero donde el tronco de un árbol hacía mucho tiempo caído hacia de puente para el arroyo que atravesaba la senda que recorría. Me llamó la atención el color de sus aguas, entre turquesas y cristalinas. Decidí despedirme del sendero y seguir por el margen izquierdo del arroyo, escuchando el ligero chapoteo y viendo a las ranas saltar al agua al acercarme a ellas.
El cielo se empezó a tornar violeta con las luces del ocaso, abandonando el naranja de las ultimas horas del día. Siguiendo el curso del riachuelo acabé en la pequeña entrada de una cueva, y como no quería retroceder, me adentré en la oscuridad de la caverna.
El arroyo discurría por el interior de la roca, y contrariamente a lo que yo creería encontrar, descubrí que en la cueva se podía percibir cierto resplandor que iluminaba las paredes.
Multitud de peces de colores brillaban bajo la corriente, emitiendo una miríada de luces de colores que parecían danzar de un lado a otro a lo largo del arroyo. Así pude continuar mi marcha, ligeramente cuesta abajo.
Al cabo de un rato, o varias horas, la serpenteante gruta comenzó a verse iluminada por una luz plateada, casi mágica, arrojando sombras en cada recodo del camino subterráneo. La cueva se fue ensanchando mas y mas, y el arroyo cada vez corría mas amplio, hacia lo que resultó ser el otro extremo del irregular túnel. De pronto me vi bañado de lleno por la luz plateada.
Allí en lo alto estaba Selene, radiante, plena, eterna. Y ante mí, el valle mas hermoso jamás contemplado por los ojos de un mortal.



domingo, septiembre 12, 2010

Nota mental

Aquí estamos una vez mas tu y yo solos, no-inspiración. Te pegas a mi como la mantequilla al final del envase, como los huevos fritos a una puñetera satén teóricamente inadherente...
Me atenazas la entrepierna y me retuerces el pescuezo cada vez que siento la necesidad de exteriorizar cómo me siento, y la verdad es que ya estoy un poco cansado de ti. Soy un ser que necesita sacar de vez en cuando algo, para no ahogarse, para seguir respirando, para alimentar mi alma.
Quizá te empeñes en que lo guarde todo, pero a veces es tanto que no puede guardarse en una sola persona y necesito compartirlo, y cuando lo intento, ahí entras tu para desbaratar mis planes. Entérate, que no te quiero para nada. A veces caigo en una rabiosa frustración que no me sacudo de encima hasta haber garabateado algo en un papel, ya sean unas cuantas letras o algún esbozo de dibujo.
Creo que es algo que necesito para conservar la poca cordura que me queda. Lo que me mantiene vivo; crear. Mas temo que mi talento es bastante limitado como para plasmar todo lo que ideo. A veces me siento como esos pequeños gorriones que una y otra vez intentan alzar el vuelo sin éxito, pero no por ello dejan de intentarlo... creo que ahí está lo importante, no tirar la toalla y luchar por tus sueños, por muy difícil que sea alcanzarlos...




PD: la foto es mia =)

lunes, septiembre 06, 2010


Despertó con los primeros rayos de sol del nuevo día filtrándose entre las copas de los árboles, junto con el canto de todo tipo de pájaros. Así era siempre, cada día, desde hacia un par de años mas o menos.
Había dejado atrás la mundanal vida en la ciudad con sus miles de ruidos y complicaciones. Había dejado atrás esa vacía existencia que tanto le había estado carcomiendo por dentro durante tantos años.
Al principio fue difícil, pero ya no lo echaba de menos. No echaba nada de menos. Ni a nadie. Ya no.
Ocupaba sus días recorriendo las crestas de las montañas, siguiendo el curso de los ríos y estudiando cada forma de vida que se topaba a su paso. No mataba nada que no necesitase matar, no tocaba nada que no necesitase tocar y no cambiaba nada que no necesitase cambiar.
Y un día acabo dándose cuenta de que irónicamente, la sociedad más equilibrada era la que se encontraba más lejos de la civilización.


viernes, septiembre 03, 2010

Ayer agarre un dibujo a lápiz que tenia ya de hace un año o así,
y con ganas y algo de tiempo me puse a ver que sacaba...
me gusta mas la versión original, pero tambien me mola
el color azulillo de la otra =P
A ver que os parece =)


Original:





Version Vectores:




Una prueba en otros colores...




Y su version en vectores:


lunes, agosto 23, 2010

Aquí dejo otros tres dibujillos. Hacia mogollón que no dibujaba medianamente en serio, y uff cuesta retomar costumbres y no desechar el resultado por inconformidad!
Tienen fallos, lo se, pero es lo que hay. Dicen que el crítico mas severo es uno mismo, y la verdad es que es cierto.





jueves, julio 01, 2010

En el Ático del edificio Redstone

Ha pasado ya un mes desde que me encerré a cal y canto en el ático del edificio Redstone, y si no hubiera sido por el pequeño restaurante de la azotea, habría muerto de hambre. Lo peor de todo son las noches, el no poder dormir a gusto. Cuánto daría por un par de tapones para los oídos. Escuchar su eterno gemido es de lo más desmoralizador. Créeme, si paso otro mes oyéndolos me volveré más loco que ellos. Aunque, ¿quién puede no volverse loco con todo lo que ha pasado? ¿Qué le ha pasado a la gente? Temo acabar de aceptar lo que creo que son ahora esos pobres condenados.

La primera vez que vi uno me impactó tanto que creía estar alucinando o algo. Estaba con unos amigos bebiendo unos litros en un banco del parque, cuando un hombre de mediana edad se acerco tambaleante hacia nosotros. Extrañados, nos quedamos mirando como se aproximaba creyendo que era un mendigo. Estaba bastante demacrado y tenia manchas de sangre por todo el cuerpo. Jane se levantó y le pregunto que si estaba bien, y acto seguido el tipo se abalanzó hacia ella profiriendo una especie de gruñido, agarrándola de los hombros y tirándola al suelo. Ella empezó a gritar intentando zafarse <<¡¡Joder, Quitadme a este baboso de encima!!>>. Jake y yo nos levantamos a toda prisa y entre empujones y agarrones conseguimos separarlos. Viendo que el mendigo no se calmaba, sino que parecía que su furia iba en aumento, empezamos a darle patadas mientras Jane recuperaba la compostura entre toses. Al cabo de unos segundos y un par de patadas en la cabeza por parte de Jake, el vagabundo se quedó inmóvil. Jane se levanto y siguió pateando el cuerpo<<¡¡Hijo de puta!!>> mientras yo intentaba calmarla, y Karl solo conseguía balbucear "Oh Dios, Oh Dios..." . Jake insistió en desaparecer de ahí lo mas rápidamente posible, lo que nos pareció a todos una buena idea. salimos cagando ostias de aquel parque mientras oíamos a lo lejos a otro par de zumbados gruñir y gritar.
Un par de días antes empezamos a ver en la tele noticias referentes a ataques de personas a otras personas, sin motivo aparente y sin relación entre si. Aunque todas tenían algo en común, el o la atacante no cejaba en su empeño hasta que alguien le noqueaba. Todo el mundo pensaba que se trataba de una nueva enfermedad relacionada con la Rabia o algo así. como casi siempre, nadie le dio mayor importancia que a una de esas epidemias de gripe.
El verdadero horror comenzó cuando grupos de rabiosos atacaban en masa como surgidos de la nada. Aquí y allá surgían brotes y nadie sabia (o quería sacar a la luz) de donde venia o que era realmente esa enfermedad.

Cada vez era mas peligroso salir de casa, pero yo no pensaba quedarme encerrado hasta que se acabase toda aquella locura, así que de vez en cuando me reunía con mis amigos. Debido a una de esas reuniones acabé aquí arriba.
Fue una tarde de Mayo, habíamos quedado para dar una vuelta mientras charlábamos de cosas sin importancia, en resumidas cuentas; un día más. Cuando llegué al lugar acordado y fui a saludarles, aparecieron de pronto una docena de tipos demacrados que se echaron encima de mis amigos. Me quedé paralizado al ver como éstos intentaban sin éxito quitárselos de encima. Jane me vio y me grito <<¡corre!>> mientras uno de los otros le desgarraba el estomago a mordiscos y otro par de ellos repararon en mi presencia.

Aterrorizado, corrí todo lo que pude en dirección contraria varias manzanas mientras era perseguido por ellos. Choqué con un guardia de tráfico, y al ver mi cara de terror me preguntó qué era lo que me pasaba. yo no logré articular palabra pero mire hacia atrás, y en ese momento el guardia con una expresión de asombro pintada en el rostro consideró oportuno sacar su pistola reglamentaria mientras ordenaba a mis perseguidores que se detuvieran. Al ver que no paraban, disparó una vez al aire y como seguían acercándose, disparó dos veces al primero, que cayó fulminado.
Cuando fue a disparar al segundo ya lo tenia encima, pero logro darle un tiro mientras le mordía el cuello y lo desjarretaba.
Tras ver esto me dieron ganas de vomitar, pero sabia que no tenia tiempo que perder. Pensé que seria una buena idea coger la pistola por si acaso y seguí corriendo.

De camino a casa pase por delante de una de esas tiendas de electrodomésticos que tienen el escaparate lleno de teles, y menos mal que me dio por mirar de reojo el escaparate.
Mi barrio estaba siendo "atacado" por una horda de esos individuos, y comprendí que no era buena idea volver allí. Decidí dar un rodeo hasta que todo se hubiese calmado, pero al doblar otra esquina me topé de frente con un grupo de estos salvajes, y tuve que cambiar de camino mientras me perseguían. Intentar despacharlos con la pistola no era muy inteligente, pues no habría ni balas ni tiempo para todos antes de que me destrozasen, sin contar con mi poca pericia con las armas de fuego.

Sin saber cómo llegué a un callejón adyacente al edificio Redstone y al ver que mis posibilidades eran escasas, comencé a trepar por los canalones, y de éstos a una repisa hasta llegar a la escalera de incendios. Continué ascendiendo hasta llegar a la azotéa. Era ya muy tarde como para que el restaurante estuviera abierto, así que me quedé esperando en la terraza hasta el amanecer, para poder salir de allí.
Lo que no sabia era que no iba a salir de aquel edificio a la mañana siguiente, ni al a siguiente...y a decir verdad, ni siquiera hoy se cuándo podré salir.

Por la mañana no vino nadie. El estallido de violencia fue enorme, tanto que no quedó nadie cuerdo en toda esa parte de la ciudad y los que iban quedando, iban siendo encontrados tarde o temprano por los rabiosos. nadie vino a abrir el restaurante y al atardecer tenia tanta hambre ya que decidí romper un cristal y entrar a por algo de comida. Saltó la alarma, pero nadie vino tampoco.

Por suerte la cafetería tenía una televisión, y por ella me pude ir enterando de cómo iba desarrollándose el asunto. Y no pintaba nada bien.
Hace una semana dibujé un S.O.S en el suelo de la terraza con cualquier cosa que encontré en el restaurante, por si pasaba algún helicóptero, pero en todo este tiempo no he visto nada surcar el cielo.

Estoy encerrado en la azotea del edificio Redstone, rodeado de salvajes descerebrados, y cuando se me acabe la comida empezaré a pudrirme...

Quizá intente bajar de aquí, pero solo tengo una pistola con un puñado de balas y diversos cuchillos de cocina frente a decenas de... ¿zombies?

domingo, junio 27, 2010

Viaje de Diez Años

-¿Has subido la ultima maleta?- le preguntó ella con una sonrisa.
-¡Claro! Ya está todo ¿Nos vamos?- respondió el mientras subía al coche.
Se marchaban de viaje. Llevaban saliendo juntos ya varios años y por fin habían logrado reunir una pequeña cantidad de dinero. Habían esperado mucho tiempo este momento. Por fin un viaje para ellos dos solos, como siempre habían querido.
El destino no importaba, eso era lo de menos. Lo importante era poder pasar el tiempo el uno con el otro. Juntos.

Ambos sabían que su pareja no era la persona más guapa el mundo, ni la más inteligente, pero simplemente sabían que estaban hechos el uno para el otro y se amaban con locura, como jamás habían hecho.

El viaje duraba muchas horas, demasiadas, pero sus ánimos no decaían ni por asomo. Pararon a dormir varias noches, se despertaban y proseguían el viaje. Muchas veces pasaban largos ratos en silencio y de vez en cuando se intercambiaban sonrisas.

Atravesaron varias regiones. Zonas con grandes bosques y otras donde lo único que sobresalía del horizonte era algún que otro árbol solitario.
Una fría mañana se dispusieron a subir un puerto de montaña a relativamente poco de finalizar el viaje. El coche subía con alguna dificultad por las empinadas curvas de la montaña debido a las fuertes heladas.
A pesar del entusiasmo, consideraron apropiado no emocionarse demasiado y ser prudentes con la carretera. Así, poco a poco iban logrando superar la montaña.

Ya se veía el valle al otro lado, poco faltaba para dejar a tras la fría cumbre. Ella ilusionada, le acaricio la cara y este soltó el volante para cogerle la mano y apretarla sin llegar a hacerle daño.
En ese momento el hielo de la carretera hizo que el coche se deslizara sin control cuesta abajo. Gritando y sin saber que pasaría, esperaron a sentir el golpe. De repente todo se hizo negro.
Y silencio.


Él despertó. No lograba recordar nada. Al cabo de unos segundos algo volvió a su mente. ¡¡ÉLLA!! ¿Dónde estaba? ¿Qué había pasado? ¿Estaría bien?
Empezó a sumirse en la desesperación temiéndose lo peor. Sus ojos no podían contener las lágrimas y miraba desorientado de un lugar a otro. La negrura sobrevino de nuevo.

Volvió a despertar. Ella le miraba con lágrimas en los ojos. El tampoco se pudo contener. De repente ella se le hecho encima y empezó a sollozar mientras le abrazaba.
Al cabo de un buen rato, se apartó y le miro en silencio durante varios minutos.
Ella… había algo raro. Era ella, no cabía duda, pero estaba cambiada. Bastante.
Una pregunta se formo en su mente y no pudo retenerla.
-¿Cuánto tiempo…?- comenzó él.
-Diez años- respondió ella con una mueca de tristeza.
Se le corto la respiración. -Diez años… - es todo lo que logro decir.
-Escucha…he estado viniendo durante todos estos años. Hace un par empecé a perder un poco la esperanza y deje de venir tan a menudo.- Las lagrimas corrían por ambos rostros sin nada que las retuviese.- Yo…conocí a alguien. Lo siento muchísimo. Me casé y ahora tengo tres hijos. No sabía si algún día despertarías. Ah… se hace tarde. Debes descansar, mañana te prometo que volveré y hablaremos todo cuanto quieras. Lo siento, de veras.- le dio un beso en la mejilla y salio llorando de la habitación del hospital.

La desesperación volvió a tomar control de su ser. Ya no tenia nada. La suerte se lo había arrebatado todo. El debía estar casado con ella y suyos debían ser sus hijos. Lo había perdido todo, pues ella era todo lo que jamás deseó tener.
Dejo un par de ilustraciones digitales de tematica espacial ^_^
todas siguen el mismo esquema y procedimiento.







lunes, junio 07, 2010

Aqui os dejo parte del ultimo trabajo del curso de Diseño Grafico que acabe este invierno. Esta parte trataba de diseños para camisetas en monocromo, pudiendo sacarlo en cualquier color. Abajo del todo, un ejemplo de como podria quedar.













Ejemplo:

Mas dibujitos, a ver si voy rellenando esto un poquito...







Camino a casa bajo la lluvia

Os dejo otro pekeño texto a ver que os parece:

Paso a paso, andaba su camino bajo la incesante lluvia. miraba el suelo por donde pisaba, sin levantar la mirada, ni siquiera sabia con quien se cruzaba, no le importaba, pues seguramente no volverá a cruzarse con esas personas en el resto de su vida.
Cansada, deshacía el camino a casa, pero sin prisa, ya que allí no la esperaba nadie.
Derrotada por otra jornada de trabajo, como cada día, se preguntaba hasta cuándo iba a seguir así. Se preguntaba si algún día surgiría algo que cambiase su monótona existencia, en un mar de gente, que vivían juntos en una sociedad de perfectos desconocidos.
Despertó de sus divagaciones, al ser salpicada por el agua que un coche, al pasar a toda velocidad por un charco, había arrojado sobre ella.
Suspiró.
Miró al cielo por primera vez en toda la tarde. Nubes grises cubrían todo lo que allá arriba podía ver, más allá de los altos edificios de oficinas, donde cada día, al igual que ella, derrochaban sus vidas miles de personas, que pasarían desapercibidas por este mundo.

Continuó su camino, hacia su casa. Tan solo deseaba llegar para poder secarse, y dormir un rato, antes de volver a levantarse para encontrarse lo mismo que todos los días.
Dormir...tal vez durmiendo encontraría algo diferente. Era su forma de escapar, de liberarse de las cadenas que la atormentaban a diario, en una rutina que la dejaba exhausta, que la hundían en una profunda tristeza.


viernes, abril 30, 2010

Arrojó con la fotografía tanta fuerza contra la pared, que el cristal que la protegía se hizo añicos.
En ella aparecían los dos, abrazados, en aquel puente donde ella le dijo que jamás se alejaría de él por nada del mundo. Por aquel entonces, él había sufrido un desengaño y no estaba preparado para afrontar una relación seria tan pronto. Aun con miedo y sin haber cerrado del todo sus heridas, la había aceptado volviendo a depositar su confianza en otra persona. Al parecer no había aprendido la lección y a pesar de haber pasado la mejor época de su vida junto a ella, ahora se encontraba irremediablemente quebrado por dentro. Ella sabia que su estado emocional estaba bastante debilitado y frágil, y aun así, le había hecho promesas que ahora había roto, sabiendo que posiblemente de esta no se recuperaría tan fácilmente. Él le dijo que después de lo que había pasado, le costaba muchísimo confiar plenamente en alguien, y mas si era de esta manera. Siempre había vivido rodeado de sus fantasmas, con el miedo de que pasase lo que había acabado por pasar y ella siempre había tenido constancia de ello. Y ahora, derrotado, no se tenia en pie, en el suelo, rodeado de docenas de pequeños trozos de cristal, su humanidad moría en una lenta agonía sin final.