jueves, julio 01, 2010

En el Ático del edificio Redstone

Ha pasado ya un mes desde que me encerré a cal y canto en el ático del edificio Redstone, y si no hubiera sido por el pequeño restaurante de la azotea, habría muerto de hambre. Lo peor de todo son las noches, el no poder dormir a gusto. Cuánto daría por un par de tapones para los oídos. Escuchar su eterno gemido es de lo más desmoralizador. Créeme, si paso otro mes oyéndolos me volveré más loco que ellos. Aunque, ¿quién puede no volverse loco con todo lo que ha pasado? ¿Qué le ha pasado a la gente? Temo acabar de aceptar lo que creo que son ahora esos pobres condenados.

La primera vez que vi uno me impactó tanto que creía estar alucinando o algo. Estaba con unos amigos bebiendo unos litros en un banco del parque, cuando un hombre de mediana edad se acerco tambaleante hacia nosotros. Extrañados, nos quedamos mirando como se aproximaba creyendo que era un mendigo. Estaba bastante demacrado y tenia manchas de sangre por todo el cuerpo. Jane se levantó y le pregunto que si estaba bien, y acto seguido el tipo se abalanzó hacia ella profiriendo una especie de gruñido, agarrándola de los hombros y tirándola al suelo. Ella empezó a gritar intentando zafarse <<¡¡Joder, Quitadme a este baboso de encima!!>>. Jake y yo nos levantamos a toda prisa y entre empujones y agarrones conseguimos separarlos. Viendo que el mendigo no se calmaba, sino que parecía que su furia iba en aumento, empezamos a darle patadas mientras Jane recuperaba la compostura entre toses. Al cabo de unos segundos y un par de patadas en la cabeza por parte de Jake, el vagabundo se quedó inmóvil. Jane se levanto y siguió pateando el cuerpo<<¡¡Hijo de puta!!>> mientras yo intentaba calmarla, y Karl solo conseguía balbucear "Oh Dios, Oh Dios..." . Jake insistió en desaparecer de ahí lo mas rápidamente posible, lo que nos pareció a todos una buena idea. salimos cagando ostias de aquel parque mientras oíamos a lo lejos a otro par de zumbados gruñir y gritar.
Un par de días antes empezamos a ver en la tele noticias referentes a ataques de personas a otras personas, sin motivo aparente y sin relación entre si. Aunque todas tenían algo en común, el o la atacante no cejaba en su empeño hasta que alguien le noqueaba. Todo el mundo pensaba que se trataba de una nueva enfermedad relacionada con la Rabia o algo así. como casi siempre, nadie le dio mayor importancia que a una de esas epidemias de gripe.
El verdadero horror comenzó cuando grupos de rabiosos atacaban en masa como surgidos de la nada. Aquí y allá surgían brotes y nadie sabia (o quería sacar a la luz) de donde venia o que era realmente esa enfermedad.

Cada vez era mas peligroso salir de casa, pero yo no pensaba quedarme encerrado hasta que se acabase toda aquella locura, así que de vez en cuando me reunía con mis amigos. Debido a una de esas reuniones acabé aquí arriba.
Fue una tarde de Mayo, habíamos quedado para dar una vuelta mientras charlábamos de cosas sin importancia, en resumidas cuentas; un día más. Cuando llegué al lugar acordado y fui a saludarles, aparecieron de pronto una docena de tipos demacrados que se echaron encima de mis amigos. Me quedé paralizado al ver como éstos intentaban sin éxito quitárselos de encima. Jane me vio y me grito <<¡corre!>> mientras uno de los otros le desgarraba el estomago a mordiscos y otro par de ellos repararon en mi presencia.

Aterrorizado, corrí todo lo que pude en dirección contraria varias manzanas mientras era perseguido por ellos. Choqué con un guardia de tráfico, y al ver mi cara de terror me preguntó qué era lo que me pasaba. yo no logré articular palabra pero mire hacia atrás, y en ese momento el guardia con una expresión de asombro pintada en el rostro consideró oportuno sacar su pistola reglamentaria mientras ordenaba a mis perseguidores que se detuvieran. Al ver que no paraban, disparó una vez al aire y como seguían acercándose, disparó dos veces al primero, que cayó fulminado.
Cuando fue a disparar al segundo ya lo tenia encima, pero logro darle un tiro mientras le mordía el cuello y lo desjarretaba.
Tras ver esto me dieron ganas de vomitar, pero sabia que no tenia tiempo que perder. Pensé que seria una buena idea coger la pistola por si acaso y seguí corriendo.

De camino a casa pase por delante de una de esas tiendas de electrodomésticos que tienen el escaparate lleno de teles, y menos mal que me dio por mirar de reojo el escaparate.
Mi barrio estaba siendo "atacado" por una horda de esos individuos, y comprendí que no era buena idea volver allí. Decidí dar un rodeo hasta que todo se hubiese calmado, pero al doblar otra esquina me topé de frente con un grupo de estos salvajes, y tuve que cambiar de camino mientras me perseguían. Intentar despacharlos con la pistola no era muy inteligente, pues no habría ni balas ni tiempo para todos antes de que me destrozasen, sin contar con mi poca pericia con las armas de fuego.

Sin saber cómo llegué a un callejón adyacente al edificio Redstone y al ver que mis posibilidades eran escasas, comencé a trepar por los canalones, y de éstos a una repisa hasta llegar a la escalera de incendios. Continué ascendiendo hasta llegar a la azotéa. Era ya muy tarde como para que el restaurante estuviera abierto, así que me quedé esperando en la terraza hasta el amanecer, para poder salir de allí.
Lo que no sabia era que no iba a salir de aquel edificio a la mañana siguiente, ni al a siguiente...y a decir verdad, ni siquiera hoy se cuándo podré salir.

Por la mañana no vino nadie. El estallido de violencia fue enorme, tanto que no quedó nadie cuerdo en toda esa parte de la ciudad y los que iban quedando, iban siendo encontrados tarde o temprano por los rabiosos. nadie vino a abrir el restaurante y al atardecer tenia tanta hambre ya que decidí romper un cristal y entrar a por algo de comida. Saltó la alarma, pero nadie vino tampoco.

Por suerte la cafetería tenía una televisión, y por ella me pude ir enterando de cómo iba desarrollándose el asunto. Y no pintaba nada bien.
Hace una semana dibujé un S.O.S en el suelo de la terraza con cualquier cosa que encontré en el restaurante, por si pasaba algún helicóptero, pero en todo este tiempo no he visto nada surcar el cielo.

Estoy encerrado en la azotea del edificio Redstone, rodeado de salvajes descerebrados, y cuando se me acabe la comida empezaré a pudrirme...

Quizá intente bajar de aquí, pero solo tengo una pistola con un puñado de balas y diversos cuchillos de cocina frente a decenas de... ¿zombies?

No hay comentarios: